En 2020 se reportaron 1,4 millones de nuevos casos de cáncer de próstata (CaP) en el mundo, es el cáncer más diagnosticado en hombres. Según GLOBOCAN, América Latina representa una de las regiones con mayor incidencia y mortalidad por CaP, con Colombia destacándose por un incremento progresivo en la detección de casos avanzados. En nuestro país, el CaP se posiciona como la principal causa de muerte por cáncer en hombres, con una tasa de mortalidad de aproximadamente 17 por cada 100,000 habitantes, lo que evidencia la necesidad urgente de estrategias más efectivas para su diagnóstico temprano y manejo integral.
La detección del CaP en etapas avanzadas es una problemática recurrente en Colombia y otros países de la región, en gran parte debido a la limitada implementación de estrategias de cribado organizadas. En contraste con Europa, donde iniciativas como el Europe’s Beating Cancer Plan han promovido el cribado poblacional, en América Latina prevalece el cribado oportunista, basado en la determinación del antígeno específico de próstata y el tacto rectal, lo que resulta en una variabilidad significativa en la calidad y acceso al diagnóstico.
En Colombia, según datos recientes, cerca del 50% de los casos de CaP se diagnostican en etapas localmente avanzadas o metastásicas, una cifra alarmante que refleja el efecto de las desigualdades en el acceso al sistema de salud y la falta de programas de detección sistemática. Sin embargo, estudios como el Göteborg Randomised Population-Based Prostate Cancer Screening Trial han demostrado que el cribado organizado puede reducir la mortalidad específica por CaP en un 20% tras 14 años de seguimiento, lo que refuerza la necesidad de adoptar un modelo de detección basado en evidencia científica.
Avances en tecnología y nuevas recomendaciones
En los últimos años se han desarrollado herramientas avanzadas que pueden optimizar la detección del CaP clínicamente significativo, como el uso de resonancia magnética multiparamétrica y el sistema PI-RADS (Prostate Imaging-Reporting and Data System) para la estratificación de riesgo antes de la biopsia. Estas tecnologías han permitido reducir la sobredetección y las complicaciones asociadas a biopsias innecesarias, un problema que históricamente ha limitado la aceptación del cribado poblacional en contextos como el estadounidense, donde en 2011 la US Preventive Services Task Force desaconsejó el cribado sistemático.
Sin embargo, pese a los avances tecnológicos, es fundamental recordar que el tacto rectal continúa siendo una herramienta indispensable en la evaluación inicial del CaP. Su bajo costo, accesibilidad y capacidad para detectar anomalías prostáticas palpables lo convierten en un pilar diagnóstico especialmente valioso en contextos donde el acceso a tecnologías avanzadas es limitado. Por ello, se debe fomentar su práctica, incluso en entornos con disponibilidad de resonancia magnética, asegurando así un abordaje integral y equitativo para todos los pacientes.
Actualmente, la biopsia dirigida mediante resonancia magnética tiene un valor predictivo negativo superior al 90%, lo que la convierte en una herramienta clave para identificar lesiones significativas mientras se minimiza el impacto en pacientes con CaP insignificante. En Colombia, la implementación de estas tecnologías debe ser prioritaria, especialmente en centros especializados, para garantizar una detección más precisa y reducir las brechas de acceso al diagnóstico temprano.
Llamado a la acción: políticas de salud pública
La alta mortalidad y el diagnóstico tardío del CaP en Colombia son un reflejo de los desafíos estructurales de nuestro sistema de salud. Es imperativo que el gobierno, en colaboración con la Sociedad Colombiana de Urología y otras asociaciones científicas, diseñe e implemente políticas de salud pública orientadas a mejorar la salud masculina. Estas políticas deben priorizar el cribado poblacional, promover campañas educativas para sensibilizar a la población sobre la importancia de la detección temprana y garantizar el acceso equitativo a las tecnologías diagnósticas avanzadas.
La problemática del CaP no es exclusiva de Colombia, América Latina enfrenta retos similares. Por ello, una estrategia regional que contemple la colaboración entre países podría ser clave para generar cambios significativos en los indicadores de salud masculina en la región.
Reflexiones finales
El CaP sigue siendo un reto importante para la salud pública en nuestro país, pero la adopción de estrategias basadas en evidencia, apoyadas por innovaciones tecnológicas y el compromiso con la equidad en el acceso, puede transformar este panorama en los próximos años. Es responsabilidad de todos los actores del sistema de salud trabajar juntos para garantizar que cada hombre tenga la oportunidad de recibir un diagnóstico y tratamiento oportunos, mejorando así su calidad de vida y reduciendo la mortalidad asociada a esta enfermedad.
Luis Salgado
Urólogo oncólogo
Jefe Servicio de Urología, Clínica Universitaria Colombia